Oía el cuchicheo de la gente: «Pavor en torno; delátenlo, vamos a delatarlo». Mis amigos acechaban mi traspié: «A ver si se deja seducir, y lo abatiremos, lo cogeremos y nos vengaremos de él». Pero el Señor está conmigo, como fuerte soldado; mis enemigos tropezarán y no podrán conmigo. Se avergonzarán de su fracaso con sonrojo eterno que no se olvidará. Señor de los ejércitos, que examinas al justo y sondeas lo íntimo del corazón, que yo vea la venganza que tomas de ellos, porque a Ti encomendé mi causa. Canten al Señor, alaben al Señor, que libró la vida del pobre de manos de los impíos. «Palabra de Dios. Te alabamos Señor»

 

SALMO RESPONSORIAL

Sal 18 (17), 2-3a. 3bc-4.5-6.7

R/. En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó.

Yo te amo, Señor; Tú eres mi fortaleza; Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. /R.

Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos. /R.

Me cercaban olas mortales, torrentes destructores me aterraban, me envolvían las redes del abismo, me alcanzaban los lazos de la muerte. /R.

En el peligro invoqué al Señor, grité a mi Dios: desde su templo Él escuchó mi voz, y mi grito llegó a sus oídos. /R.

 

EVANGELIO

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida;  Tú tienes palabras de vida eterna.

Lectura del santo Evangelio según San Juan 10,31- 42

En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús. Él les replicó: «Les he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedrean?» Los judíos le contestaron: «No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios». Jesús les replicó: «¿No está escrito en su ley: “Yo les digo: Son dio­ses”? Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la Pa­labra de Dios (y no puede fallar la Escritura), a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿dicen ustedes que blasfema porque dice que es hijo de Dios? Si no hago las obras de mi Padre, no me crean, pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean a las obras, para que comprendan y sepan que el Padre está en mí, y yo en el Padre». Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado Juan, y se quedó allí. Muchos acudieron a Él y decían: «Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de este era verdad». Y muchos creyeron en Él allí. «Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús»

TeólogoLecturas  Oía el cuchicheo de la gente: «Pavor en torno; delátenlo, vamos a delatarlo». Mis amigos acechaban mi traspié: «A ver si se deja seducir, y lo abatiremos, lo cogeremos y nos vengaremos de él». Pero el Señor está conmigo, como fuerte soldado; mis enemigos tropezarán y no podrán conmigo....Tu adoración diaria al Santísimo - Manual de oración y formación católica