S. ALONSO RODRÍGUEZ
Radio Vaticano
Hoy, 31 de octubre, la iglesia conmemora el nacimiento para el cielo de SAN ALFONSO RODRÍGUEZ, quien muriera santamente en un día como hoy de 1617 en Palma de Mallorca, España. Oriundo de Segovia, España, 1531, fue hermano coadjutor de la Compañía de Jesús. En 1888 el Papa León XIII lo declaró santo. Es patrono de los Hermanos Coadjutores. Sus restos se veneran con gran devoción en la Iglesia de los Jesuitas en Palma de Mallorca, España, que recibe gran afluencia de peregrinos.
Meditación
SAN ALONSO, eres el hermano coadjutor de la Compañía de Jesús que desde el humilde oficio de portero, llegaste a una extraordinaria santidad. A la muerte de tu padre y poco después de tu joven esposa y de tus dos hijos, aparece un nuevo horizonte en tu vida: entrar en la Compañía de Jesús de los Padres Jesuitas. Pero, al ver que por un lado, estás ya en los cuarenta, tus conocimientos son reducidos, tu capacidad para los estudios escasa, y tu salud precaria, no ven en tí las condiciones para admitirte. Sin embargo, los superiores intuyen que Dios estaba de por medio en esa vocación tardía, por lo deciden admitirte como hermano Coadjutor, para realizar lo oficios humildes de la casa. Ese día fue el más feliz de tu vida, aunque aún no presentías el camino de luces y sombras, de grandes consolaciones y angustias que Dios te preparaba. Pronto te envían a Palma, capital de la Isla de Mallorca, en donde pasarás los próximos cuarenta y seis años de tu vida. Este fue tu único puesto de trabajo: portero en el Colegio de Montesión. Fue aquí en donde empezaste a brillar por tu humildad, obediencia y mortificación. Una llave y un rosario fueron tus compañías infaltables. Vives en una presencia continua de Dios. Al sentir llamar a la puerta, espontáneamente respondías: “voy Señor”. Y, en cierta ocasión, fue esto verdad. El Señor estaba en la puerta. Como un claro signo de tu extraordinaria santidad, el demonio no te dejó tranquilo. Sostienes contra él luchas increíbles que te dejaban exhausto. Dotado de extraordinarios carismas espirituales, escribes diversas obras ascético místicas siendo la más famosa las “Memorias”. Fuiste consejero espiritual de almas selectas. Al fin, tu mal cuidada salud te postró en cama y después de tres días de rapto místico, fuiste tú ahora quien tocó las puertas del Paraíso.






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