MARÍA, Y EL CUIDADO DE LA FAMILIA

María, modelo de amor y respeto:
Hermanos, durante estos días, no solo contemplaremos los signos y símbolos que nos trae el Tiempo de Adviento, sino también, la presencia de la Virgen María, como modelo de esposa, madre, hija, maestra y discípula. Traigamos a nuestra memoria esos bellos momentos en que juntos nos sentábamos a rezar el Santo Rosario, participábamos en las procesiones y contemplábamos las virtudes de Maria. Nos preocupa, como sociedad, la pérdida de las familias auténticas, pues muchas veces las guerras, las divisiones políticas o religiosas, o la escasez de valores, hacen que los cimientos de la familia se fracturen y nazcan nuevos divorcios, madres cabeza de hogar por el abandono de sus parejas, y muchos niños huérfanos, que crecen sin ninguna figura que les dé confianza. Si fuéramos capaces de mirar cómo ha tratado Dios a la familia, y seguir ese modelo en forma consecuente, podríamos recuperar la salud del matrimonio y ser testigos del fin de la angustia y el temor de muchos hombres, mujeres y niños. La tarea de la Santísima Virgen María como madre fue siempre abnegada y generosa, nunca pensando en Sí misma; dio a luz, amamantó, alimentó, crio y acompañó a Jesús por tres décadas, y cuando su Hijo partió a la Casa del Padre, su Presencia fue de gran relevancia. María también es nuestra Madre espiritual, esposa ejemplar y modelo de vida familiar. Como Madre nuestra, Ella nos cuida y está con nosotros, sus hijos, de la misma forma como lo hizo con Jesús. ¿Cuidamos y respetamos a nuestras familias?

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