En aquellos días, Moisés hizo todo ajustándose a lo que el Señor le había mandado. El día uno del mes primero del segundo año fue construido el san­tuario. Moisés construyó el santuario, colocó las basas, puso los ta­blones con sus trancas y plantó las columnas; montó la tienda sobre el santuario y puso la cubierta sobre la tienda; como el Señor se lo había ordenado a Moisés. Colocó el documento de la alianza en el arca, sujetó al arca los va­rales y la cubrió con la placa. Después la metió en el santuario y colocó la cortina de modo que tapase el arca de la alianza; como el Señor se lo había ordenado a Moisés. Entonces la nube cubrió la tienda del encuentro, y la gloria del Se­ñor llenó el santuario. Moisés no pudo entrar en la tienda del encuentro, porque la nube se había posado sobre ella, y la gloria del Señor llenaba el santuario. Cuando la nube se alzaba del santuario, los israelitas levantaban el campamento, en todas las etapas. Pero, cuando la nube no se alza­ba, los israelitas esperaban hasta que se alzase. De día la nube del Señor se posaba sobre el santuario, y de noche el fuego, en todas sus etapas, a la vista de toda la casa de Israel. «Palabra de Dios. Te alabamos Señor»

SALMO RESPONSORIAL

Sal 83 (84), 3.4.5-6a y 8a. 11

R/. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!

Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo. /R.

Hasta el gorrión ha encontrado una casa; la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: tus altares Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. /R.

Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre. Dichosos los que encuentran en ti su fuerza; caminan de baluarte en baluarte. /R.

Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados. /R.

EVANGELIO

Ábrenos el corazón, Señor, para que aceptemos las palabras de tu Hijo.

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 13, 47-53

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, sepa­rarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?» Ellos les contestaron: «Sí.» Él les dijo: «Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.» Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí. «Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús»

 

TeólogoLecturasEn aquellos días, Moisés hizo todo ajustándose a lo que el Señor le había mandado. El día uno del mes primero del segundo año fue construido el san­tuario. Moisés construyó el santuario, colocó las basas, puso los ta­blones con sus trancas y plantó las columnas; montó la tienda sobre...Tu adoración diaria al Santísimo - Manual de oración y formación católica