Jesús, antes de llegar a Jerusalén, fue a Jericó y mostró su misericordia acercándose al pecador más marginado, el jefe de los recaudadores, y provocó su conversión. La primera lectura, tomada del libro de la Sabiduría, nos habla del tema de la infinita misericordia de Dios: «a los pecadores los vas corrigiendo poco a poco y en su propio castigo les haces ver en qué pecaron» (Sab 12, 2). La lectura manifiesta que Dios ama a cada una de sus criaturas y no busca que ellas se pierdan, sino que se salven. Parece que olvidamos esta imagen con mucha facilidad: los cristianos solemos culpar a Dios de las desgracias que nos ocurren y hacemos caso omiso del hecho de que nuestro Padre se preocupa fundamentalmente de nuestra felicidad. Esta idea errónea de Dios seguramente era la que tenían los judíos cuando criticaban a Jesús porque iba a comer en casa de Zaqueo. Jesús, por el contrario, manifiesta: «el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar a los que estaban perdidos» (Lc 19, 10). Zaqueo manifiesta lo que quiere el Señor de nosotros: que nos convirtamos, que salgamos de nuestra vida de pecado y que nos reconciliemos con Él, con los demás y con nosotros mismos. Esta actitud del jefe de publicanos es un modelo de la verdadera conversión cristiana.  En ocasiones, hacemos la primera parte de esta conversión, es decir, manifestamos de palabra nuestro pecado, pero no damos el segundo paso que implica cambiar las actitudes negativas que nos alejan de Dios. Este encuentro entre Jesús y Zaqueo, que sólo nos lo narra San Lucas, es toda una catequesis de la forma en que nuestro Padre procede con nosotros: con misericordia. El Señor se acerca a todos nosotros y espera que también seamos misericordiosos en nuestra vida práctica. La segunda carta a los Tesalonicenses se leerá en los tres últimos domingos del Tiempo Ordinario. Su enseñanza sobre el fin de los tiempos es apropiada para este tiempo final del año litúrgico.

TeólogoSantosJesús, antes de llegar a Jerusalén, fue a Jericó y mostró su misericordia acercándose al pecador más marginado, el jefe de los recaudadores, y provocó su conversión. La primera lectura, tomada del libro de la Sabiduría, nos habla del tema de la infinita misericordia de Dios: «a los pecadores...Tu adoración diaria al Santísimo - Manual de oración y formación católica