En aquellos días, los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, viendo la seguridad de Pedro y Juan, y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, se sorprendieron y descubrieron que habían sido compañeros de Jesús. Pero, viendo junto a ellos al hombre que habían curado, no encontraban respuesta. Les mandaron salir fuera del Sanedrín, y se pusieron a deliberar: « ¿Qué vamos a hacer con esta gente? Es evidente que han hecho un milagro: lo sabe todo Jerusalén, y no podemos negarlo; pero, para evitar que se siga divulgando, les prohibiremos que vuelvan a mencionar a nadie ese nombre». Los llamaron y les prohibieron en absoluto predicar y enseñar en nombre de Jesús. Pedro y Juan replicaron: « ¿Puede aprobar Dios que les obedezcamos a ustedes en vez de a Él? Júzguenlo ustedes. Nosotros no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído». Repitiendo la prohibición, los soltaron. No encontraron la manera de castigarlos, porque el pueblo entero daba gloria a Dios por lo sucedido. V/. «Palabra de Dios». R/. «Te alabamos Señor».

 

SALMO RESPONSORIAL

Sal. 118 (117), 1 y 14.15.16-17.18-19.20-21

R/. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.

Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. El Señor es mi fuerza y mi energía, Él es mi salvación. Escuchen: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos. R/.

La diestra del Señor es excelsa, la diestra del Señor es poderosa. No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Me castigó, me castigó el Señor, pero no me entregó a la muerte. R/.

Ábranme las puertas del triunfo y entraré para dar gracias al Señor. Esta es la puerta del Señor: los vencedores entrarán por ella. Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. R/.

 

Este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo.

 

EVANGELIO

Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio.

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 16, 9-15

Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando. Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto no le creyeron. Después, se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando hacia una finca. También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no les creyeron. Por último, se apareció Jesús a los once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de cora­zón, porque no habían creído a los que lo habían visto resuci­tado. Y les dijo: «Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio a toda la Creación». V/. «Palabra del Señor». R/. «Gloria a ti Señor Jesús».

TeólogoLecturas  En aquellos días, los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, viendo la seguridad de Pedro y Juan, y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, se sorprendieron y descubrieron que habían sido compañeros de Jesús. Pero, viendo junto a ellos al hombre que habían curado, no...Tu adoración diaria al Santísimo - Manual de oración y formación católica